La historia del pato Juan, mascota de un tradicional puesto de flores en la peatonal de Mendoza, se convirtió en un fenómeno social. Tras una denuncia anónima que alertó a la Municipalidad sobre su presencia en la vía pública, el ave fue retirada del lugar y trasladada a una vivienda rural en Maipú. La medida generó una ola de apoyo vecinal, con más de 8.000 firmas recolectadas y un santuario improvisado en el kilómetro cero para pedir su regreso.
Juan es un pato criollo de plumaje blanco y pico naranja que desde enero acompañaba a Margarita Flores, su dueña, en la esquina de San Martín y Garibaldi. Posaba para fotos, caminaba entre flores y se convirtió en una figura entrañable para vecinos y turistas. Sin embargo, la denuncia —que algunos atribuyen a un supuesto ataque a un perro— derivó en una orden municipal que obligó a retirarlo en un plazo de 48 horas.
Ante la situación, el abogado penalista Oscar Mellado, especializado en derecho animal, presentó un recurso administrativo para que la Municipalidad reconsidere la medida. “Juan es un ser sintiente con derecho a permanecer en el entorno donde se desarrolló emocionalmente”, explicó el letrado, quien busca que el pato pueda volver a su lugar habitual.
Desde el municipio, en cambio, sostienen que la decisión responde a la necesidad de ordenar el uso del espacio público y promover la tenencia responsable de animales en el microcentro. Mientras tanto, Juan permanece en una jaula, lejos de la peatonal, y su historia sigue generando repercusiones en redes sociales y medios nacionales.